Desapego, renuncia, aceptación
Desapego de resultados
Declaración de renuncia AUDIO
Declaración de Renuncia
Durante mucho tiempo me he negado a aceptar la realidad. He exigido que las cosas sean como yo quiero, que las personas actúen como yo espero y que la vida se ajuste a mis planes. Esa lucha no solo no me ha funcionado, sino que me ha drenado energía, me ha robado paz y me ha dejado insatisfecho. Pelear con lo que es, es la pelea más inútil que existe: no me da lo que busco y, encima, me hace sentir mal.
Hoy renuncio a la ilusión de control. Entiendo que gran parte de lo que ocurre en mi vida depende de fuerzas que están fuera de mis manos. Me permito reconocer qué sí está en mis manos, hacerlo, y después soltarlo. Cuando cargo solo mi parte, la vida deja de pesar tanto. Nadie me obligó a cargar más de lo que puedo. Y cuando suelto lo que no me toca, dejo que cada cosa ocupe su lugar y me doy cuenta de que muchas veces las cosas tienden a resolverse solas. Por eso permito que la vida suceda, y dejo que cada situación me muestre lo que tengo que hacer, lo hago y vuelvo a soltar.
Renuncio a la idea de que sé qué es lo mejor para mí. Me desapego de los resultados y pongo mi atención en el proceso. Dejo de tomar tan en serio mis pensamientos. Tal vez lo que temo podría ser algo valioso, y lo que deseo podría lastimarme. Suelto la necesidad de que el resultado llegue como yo quiero, o de que llegue en absoluto, y me concentro en lo que está pasando ahora, me guste o no.
Acepto la vida como es. Me entrego al presente y me abro a lo que venga, incluso si no lo entiendo o no lo había planeado. Recibo cada experiencia con la certeza de que tiene un lugar en mi camino y de que, aunque pueda doler, todo terminará bien para mí. El propósito de mi existencia se cumplirá con o sin mi ayuda, y mi vida seguirá su curso con o sin mi permiso. Por eso decido dejar de esperar a que las condiciones sean perfectas para vivir y empiezo a disfrutar del camino ahora.
Y si llega eso que tanto deseo, lo recibiré con los brazos abiertos. Y si no, no disminuirá mi vida en lo más mínimo. Seguiré viviendo plenamente, porque mi vida no depende de un resultado: depende de mi decisión de vivirla hoy.”**